Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1886 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 5 de julio de 1886
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Salmerón
Número y páginas del Diario de Sesiones: 44, 817-818
Tema: Discurso de la Corona

Yo decía, Sres. Diputados, y no sé por qué se ha extrañado de mis palabras el Sr. Salmerón, que mientras los republicanos belgas, teniendo ni más ni menos que los derechos y libertades que tienen los republicanos españoles, no sólo respetan y acatan la Monarquía, sino que la ayudan, como los republicanos ingleses y como los republicanos italianos, ayudando así al mismo tiempo a la libertad y al progreso de su país; aquí los republicanos del Sr. Salmerón, al menos los republicanos a quienes S.S. ha representado esta tarde, por las declaraciones que ha hecho, se dejan dominar por malas pasiones, de la violencia y la fuerza, puesto que a pesar de encontrarse ante un Gobierno que le ofrece la paz y le manda el ramo de oliva, no han pronunciado más que palabras de violencia y de guerra. Y si eso no es mala pasión, a lo menos en el terreno político en que nos encontramos, ¿a qué llama S.S. malas pasiones? Pasión noble es la del Sr. Castelar, que es más republicano y más antiguo republicano que S.S., y sin embargo tiene la noble pasión de posponer la República a la Patria; mientras que a S.S. no se le pide que la posponga, sino que, ante la paz con que se le [817] brinda, ante el derecho que se le reconoce, ante la libertad que se le concede, ante las prerrogativas que se le respetan, no se salga de la ley y respete las instituciones, como hacen los republicanos de todas partes y de todos los países.

España y Europa ven la libertad que tienen los republicanos. Pues bien; yo tengo que decir, a pesa de las palabras del Sr. Salmerón, y contestando al ofrecimiento que me hacía el Sr. Azcárate, a quien siento no ver en esos bancos, cuando me decía que escogiera entre la paz o la guerra, que el Gobierno escoge la paz. Por el camino de la paz quiere marchar, y todavía os aconsejo que le acompañéis, porque en ese camino podéis tener la seguridad de que encontraréis respeto para vuestras ideas, justicia para vuestros actos, consideración para vuestras personas. El Gobierno no quiere salir de ese camino; y por lo mismo que no quiere salir de él y está resuelto a sostener la política de paz, por aquello de que si vis pace para bellum, el Gobierno está preparado, y muy preparado, para la guerra. (Grandes y prolongados aplausos). [818]



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